La Quimera
El último mito que completa “El libro de las maravillas” es la historia del joven Belerofonte en busca de Pegaso, el caballo alado, para luchar contra la monstruosa Quimera.
El mito confronta a sus personajes con grandes peligros, así como aliados inesperados y, con frecuencia, encantados en una metáfora de las dificultades, acontecimientos y lances en que consiste el camino de la vida y que nos hacen crecer y madurar.
Un personaje discreto, pero significativo de esta leyenda que os presentamos hoy es el niño que, a diferencia del anciano, de la muchacha o del hombre maduro, ofrece pistas y apoyo al protagonista de la historia al apoyar firmemente la creencia en la magia de la vida.
Solo el chico apoya la búsqueda de Belerofonte; los demás o no creen en el encanto de la vida o creyeron alguna vez, pero ya lo han olvidado.
Sirva esta historia para recordarnos el valor de escuchar la voz de los niños que, en tantas ocasiones, nos ofrecen esperanza, armonía y a los que, con frecuencia, miramos con la condescendencia de quien ya ha atravesado el camino, pero ha olvidado sus detalles menos visibles.
Sin duda alguna, los niños tienen mucho que aprender en el camino de la vida y nosotros, como adultos, tenemos mucho que aportarles. No obstante, si como adultos hemos madurado suficientemente, nos daremos cuenta de que también nosotros tenemos mucho que aprender de los niños.
Aprender a discriminar en ese camino de ida y vuelta, de acompañarnos y aprender juntos, de enseñar pero saber desentrañar los mensajes muchas veces velados, silenciosos, ocultos, que la infancia nos entrega.
Aprender a escuchar la sabiduría infantil a pesar de que la sociedad en que vivimos ostente valores tan contrapuestos, en ocasiones, a los que manifiesta la infancia inocente.
Aprender a rescatar la frescura de nuestra propia infancia.
Es fácil olvidarnos de la magia, el encanto y el misterio de la vida. Continuemos ofreciendo a la infancia una experiencia vital acorde a los valores más elevados que seamos capaces de ofrecerles. Ello requiere, necesariamente, de un completo compromiso por nuestra parte en crecer y madurar.
A aprender se enseña aprendiendo.
Cumbre pelada. Introducción a "La Quimera"
Cumbre pelada. Después del cuento
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