Está de moda culpabilizarnos.
Es parte del modelo piramidal que rige esta sociedad global.
Pero, no. No somos un cáncer para el planeta.
Y es extremadamente importante que nuestros hijos lo sepan.
¡Qué insalubre vivir con tamaña losa de culpa! ¡Y de miedo!
Hay una cosmovisión que entiende el universo como un todo integrado e interconectado en permanente evolución. Y cada parte que conforma tal universo tiene participación en su devenir.
Desde esa perspectiva, “el concepto participativo de ser humano, se opone radicalmente a la idea, propuesta por algunos ecologistas, de que somos un cáncer para otras especies. No somos perfectos, ninguna especie lo es, ni siquiera la evolución misma. Pero somos conscientes de nuestras limitaciones, lo que constituye el primer paso para mejorar al permitirnos evolucionar hacia la perfección. Eso es ahora lo más urgente.”
La salud es plenitud.
La salud mira hacia la perfección, la salud -no solo la personal, también emocional, la social y la planetaria- es transitar el camino de la toma de consciencia de nuestras limitaciones y nuestros errores. Sin culpa. Sin ninguna culpa. Y afanarnos por mejorar(nos).
La cosmovisión newtoniana cuantitativa fundamentada en la fuerza, se agota lentamente.
La cosmovisión participativa cualitativa fundamentada en el flujo, emerge con vigor.
Ésta última requiere, sobre todo, de consciencia.
Las tres últimas frases se aplican también -y muy especialmente- a la educación y al aprendizaje.
Muy probablemente, el factor singular más decisivo para la plenitud de una persona que aprende (esto es, todos; pero muy especialmente niños y jóvenes) es “ser (o estar) consciente”.
Un mayor grado de consciencia aporta motivación intrínseca, fuerza de voluntad, resiliencia, criterio informado, una perspectiva más amplia del mundo y de tu vida personal, equilibrio entre “tu ser” y “tu hacer”, toma de decisiones más sabia y más ”consciente”.
¿Cómo “andas” de consciencia? ¿Te has planteado cómo se la obsequias a y la compartes con tus hijos?
Gracias por compartiros, Javier y Marién. Respondo, por eso de aprender a participar.
Es entusiasmante este juego tan real de vivir en familia y estar practicando el cambio de paradigma a uno más empoderado e implicado en lo que vivimos y Somos.
Preguntas por mi consciencia y cómo la comparto con mis hijos, que han pasado por Ojo. ok, recojo el reto. Allá voy.
La percepción de Mi/Nuestra Presencia en cada cosita del día va creciendo y cambiando a medida que pongo intención -palabra - pensamiento y emoción coherentes en cada decisión y acción. Muchas son todavía inconscientes, automáticas. Comparto ese enfoque con mi marido y los chicos a diario. Por ejemplo, ayer aprendí y compartí esto: que la oscuridad del espacio, si fueras en astronave, está llena de Luz (sí!!) solo que no la vemos. Boom, explota la cabeza y luego comprendes muchas cosas de aquí sobre iluminar tus sombras y bloqueos para ver Tu Luz. Y lo hablamos a la hora de comer. Eso es exponer la sana vulnerabilidad del femenino creativo, con la fuerza de la decisión masculina que no se impone. Solo expone. Una maravilla.
Lo mejor, la respuesta de los chicos: "claro, si no tiene nada donde reflejarse...." Si es que, van por delante en muchas cosas !
¡ Flipas ! , como dicen los chicos. :D
Se crean discursos curiosos en torno a la mesa. Las consciencias se mezclan en un juego de respeto y contemplación del propio camino. Eso nos da a todos la mayor libertad de Ser que ahora alcanzamos.
Todavía no hay consciencia de Unidad pero, se vislumbra que es otro Boom!
Mientras tanto, pongo el foco (luz) para todos (si queréis verlo) en que LO NOVEDOSO Y CREATIVO del método participativo (de Ojo, el familiar o de otros centros, vale?), NO lo legitime Todo, encubierto de "mola lo alternativo", o de "solo los chicos deciden y son los responsables finales de hacer algo que propone un acompañante o guía que enseña, a veces, lo considerado inadecuado por los padres".
¿Qué espacio damos a los padres? ¿Qué espacio creamos y propiciamos los padres entre nosotros fuera de los centros? El método "PARTICIPATIVO" nos incluye, padres. Hagámonos incluir. Veámonos incluidos. Sintámonos protagonistas.
Si esto se acoge para crecer juntos en consciencia, lo hemos logrado y habrá valido la pena... o la alegría. El legitimarlo Todo, lleva a la separación de las familias que ya se fueron. Familias estupendas que se acercaron al Valle. Cada familia es responsable de su decisión y de compartir sus motivos o menos. Pero está genial que lo podamos compartir y que sea acogido y valorado. Los padres somos parte de este cambio de paradigma educativo. Y si ya hay espacio para padres, pues hace falta más y mejor. Luz puesta.
En lo posible, generalicemos el ejemplo para bien de todos, please. En el camino, nos aportamos y crecemos.
Y si no te encaja y no es resistencia del ego, lo desechas y listo. Soy otra pieza del mismo puzle. Como tú.
Renovemos a cada instante lo que sí aporta Luz a la nueva estructura educativa del centro o del valle o pueblo. Agradezcamos lo que ha aportado bloqueo a la luz, la sombra de uno o una, puesto que nos permite Intuir, Ver Quién Somos, decidir y escoger con claridad nuevas prácticas a ofrecer a l@s chic@s.
Los chicos, nenes y nenas de 6 a 13 años no tienen la responsabilidad de analizar todo esto. Los adultos seguimos manteniendo relaciones de un cierto poder. ojito. Algunos chicos perciben propuestas de No Luz y se separan; esto me parece notable. Pero, ¿y los demás? Propongo (involucración grande pero sin forzar) que, si os resuena, cada uno lleve a la propia consciencia este debate. No abro debate "externo". Cada consciencia sigue su curso junto con Gaia y el Universo entero.
Yo voy a seguir sembrando mis semillas en el 3D, segura de que exteriormente manifiesto la siembra interior, el camino personal (laargo y siempre sorprendente) que está haciendo mi consciencia.
Un abrazo agradecido.