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Muchas gracias, un gran desafío el convivir.

Comparto una reflexión:

"Si se piensa en la finalidad, aunque sea fugazmente, todo se hace artificial. [...]

Sólo si te encuentras en ese estado en el que eres libre de toda conciencia de ti, sólo si haces «sin hacer», sin intención y sin astucia -en armonía con la Gran Naturaleza-, entonces estas en el Camino Verdadero. Deja toda intención, entrénate en la no-intencionalidad, y deja obrar al Ser. Ese Camino no tiene fin, y es inagotable.

Después, la vieja gata añadió todavía algo importante:

«Vosotros no tenéis que creer que lo que yo acabo de decir, sea lo más elevado. No hace mucho tiempo, en un pueblo cerca del mío, vivía un gato. Dormía todo el día. Nada hacía sospechar algo parecido a una fuerza espiritual. El estaba allí, estirado como un trozo de madera. Nadie le había visto nunca atrapar una rata. Eso sí, allí donde él dormía y vivía, así como en los alrededores, no había ratas. Dondequiera que estuviera y se estirara, no se veía ni una sola rata. Un día le visité y le pregunté cómo había que interpretar este hecho. No recibí respuesta. Volví a hacer mi pregunta tres veces más. El se calló. No porque no quisiera responder, sino porque era evidente que no sabía qué contestar. Así es como supe que: «quien sabe algo, no lo sabe».

Aquel gato se había olvidado de sí mismo, y también había olvidado todo lo que había en torno a él: Había llegado a ser «nada», habiendo alcanzado el más alto grado de no-intencionalidad. Podemos decir que había encontrado el divino Camino del caballero: vencer sin matar. Yo estoy a mucha distancia de él".

(El Arte del Gato Maravilloso. Extraído de un antiguo libro taoísta y Zen. Esta versión ha sido tomada en Japón por K. von Dürckheim).

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